El aburrimiento nos enseña que la vida no es un paraíso del divertimento. Esto impulta la creatividad y la autosuficiencia.
¿El aburrimiento es bueno o malo en los niños?
‘’Estoy aburrido’’ es una frase que escuchamos a los niños decir diariamente y tiene el poder de llenar a los padres de un sentimiento de enfado y culpabilidad. Si alguien esta aburrido es porque otra persona está fallando en iluminar, enriquecer o diversificar.
¿Cómo pude alguien -adulto o niño- afirmar sentirse aburrido cuando hay tantas cosas que se pueden hacer?
Todos hemos experimentado el aburrimiento en algún momento, y a pesar de que la mayoría de los adultos han aprendido que el aburrimiento es para personas aburridas, el aburrimiento es útil. Es bueno para nosotros.
Si los niños no se dan cuenta de esto pronto se van a llevar una nefasta sorpresa. La escuela, estaremos todos de acuerdo, puede ser poco entretenida, y de hecho no es el trabajo del profesor entretener, si no educar. La vida no puede ser un sinfín de cosas divertidas.
Cuanto antes aprendamos que depende de nosotros lo entretenida que queremos hacer nuestras vidas, antes podremos disfrutar de ella.
Hoy en día cualquier momento tiene que ser optimizado, aprovechado al máximo y todo tiene que tener un objetivo.
Los niños cuando no están con sus padres se les dejan en compañía de los aparatos electrónicos y ya está. Para un viaje por ejemplo nos volvemos locos de que película descargar y que hacer para que estén cada segundo ocupados y que no se aburan. Cuando un niño dice la palabra mágica ‘estoy aburrido’ hacemos lo que sea para entretenerles y evitar que se aburran.
Uno de los trabajos más aburridos suele ser uno de los más creativos. No es realmente el aburrimiento en si lo que es importante es lo que hacemos con él. El aburrimiento nos enseña responder constructivamente, hacer algo posible para ti mismo.
Es especialmente importante que los niños se aburran -y que se les permita estar aburridos- cuando son jóvenes. No es algo para que se considere un problema que se debe de evitar o erradicar, pero algo que los niños deben aprender a manejar por si mismos.